Un día vinieron unos niños a hacerse la prueba del azúcar. Ellos se llaman Arón y Victor. Nos hicieron la prueba del azúcar en directo. Se pinchaban y cuando les salía sangre la metían en una máquina que calculaba la cantidad de azúcar en sangre.
A algunos de los compañeros le daba asco y se tapaban los ojos. A mí ya me la han hecho y duele mucho. A ellos también le dolerá.
Escrito por Elena R. M.
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